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 REURBANIZACIÓN DE LA PLAZA DEL MONTSENY Y SU ENTORNO

año: 2021-2023
situación: Plaza del Montseny, Sant Antoni de Vilamajor, Barcelona 
promotor: Ajuntament de Sant Antoni de Vilamajor
constructora: Tec Raul, S.L., del grupo Dolmen
superficie: 2.000 m²
fotografía: Adrià Goula, Ainhoa Graña, LEA atelier

 

La plaza del Montseny se sitúa en la zona central del pueblo, enfrente del Ayuntamiento y junto a la transitada carretera comarcal que conecta diferentes poblaciones. Constituye una puerta al núcleo antiguo, donde encontramos diferentes servicios y comercios del pueblo.

A pesar de su centralidad, era una plaza escondida, hundida, sin uso, desconectada de su entorno e incómoda de usar por la  prioridad del tráfico rodado, con aceras muy estrechas, incluso vallada una de ellas en el desembarco del paso de peatones. Apenas se reconocía, estaba muy escondida tras vegetación mal distribuida, así como por la caseta de la Once que además tapaba la visión de Ca L’Auferil, un emblemático edificio modernista incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

En las calles, las aceras también eran muy estrechas y muchas veces invadidas por coches mal aparcados. Cuando había arbolado, sus alcorques las invadían aún más, además de que por la posición tan pegada a fachada los árboles no podían desarrollarse en condiciones.

El encargo del Ayuntamiento venía motivado por un Estudio de Movilidad Urbana Sostenible 2020-2026 realizado para el pueblo.  El estudio indicaba que las anchuras de las aceras eran muy mejorables para un entorno con un tráfico de más de 1000 peatones /día, y concluía que en la plaza del Montseny y las calles Alfou y Santiago Rusiñol (ámbito de intervención del proyecto) eran necesarias actuaciones para mejorar la accesibilidad, promover las relaciones sociales y favorecer la movilidad sostenible.

El objetivo de la actuación es la conversión a plataforma única de la plaza del Montseny y sus calles contiguas con prioridad peatonal.

Para salvar el desnivel de casi un metro con la carretera diseñamos un gran bancal vegetal de formas orgánicas mediante unas trazas sinuosas de ladrillo, formando muretes de diferente altura adaptándose a la topografía, . Éste se estrecha en su zona central para acoger una amplia escalera que ahora sí que da continuidad al paso de peatones existente. La zona de contacto con la carretera ya no se entiende como una acera sino como una zona de paso fluido y sinuoso entre vegetación.

En la parte baja de la plaza, los muretes de ladrillo forman jardineras, una de las cuales abraza y esconde el armario eléctrico existente.

Se recurre a un material sencillo, mediterráneo y recurrente en diferentes detalles constructivos del pueblo.

Se diseña un pavimento continuo, de fachada a fachada, sin distinción del tráfico rodado, ahora puntual, para poner el énfasis en el peatón, con un patrón de líneas en diagonal, cuyo ritmo viene marcado por el despiece de la plaza del Ayuntamiento, enfrente, al otro lado de la carretera.

Para hacer más evidente esta conexión, se dibujan unas líneas blancas que cruzan la carretera, a modo de urbanismo táctico, uniendo los patrones de ambas plazas y alertando al tráfico rodado de su paso entre plazas, obligando a reducir la velocidad.

En las calles contiguas, el patrón en diagonal consigue que éstas parezcan más anchas, a la vez que cose visualmente el conjunto: calles y plaza. Además, la diagonal logra que los cruces entre calles parezcan ahora más amplios y se entiendan como pequeñas plazas donde hemos organizado bancos, butacas y tumbonas formando grupos de estancia.

Varios ejemplares de Quercus rubra, de hoja caduca y atractivo color otoñal, salpican la plaza dando sombra en verano y dejando entrar el sol en invierno, muy valorado al ser una plaza bastante sombría por su orientación. Se sitúan a la distancia adecuada que permita que se desarrollen en todo su potencial con su porte natural sin necesidad de realizar podas recurrentes. Bajo sus copas se reparten una serie de bancos de hormigón prefabricado diseñados específicamente por LEA atelier para la actuación.

En la calle Alfou se ha sustituido el arbolado existente de las estrechísimas aceras, tan pegado a la fachada que apenas podía desarrollarse, por una nueva alineación centrada en el eje de la calle cediendo el protagonismo al peatón y dejando a un lado el paso de vehículos. Esta alineación de robles, misma especie arbórea que en la plaza para conectar y uniformizar toda la actuación, se decala al llegar al cruce de calles en una nueva configuración menos rígida.

Para no renunciar al verde en el tramo estrecho de la calle, se distribuyen unas trepadoras, en alcorques a un lado de la calle y jardineras al otro, que apoyadas en unos cables, formarán con el tiempo una galería vegetal. Además, de este modo cada tramo de calle tiene un carácter diferente y aporta diversidad al casco urbano.

En la calle Santiago Rusiñol se mantienen los cerezos existentes, Prunus cerasifera var. Pisardii, por su buen estado y correcta distancia a fachada, además de ser una especie interesante que aporta variabilidad estacional a lo largo del año: hojas púrpura todo el año y floración blanca a finales del invierno e inicio de la primavera.

Un alumbrado de escala y estética doméstica recorre toda la actuación. Un trazado zigzagueante de catenarias, salpicado por unos puntos de luz, unifica todo el ámbito del proyecto y actúan como punto de atención desde las calles contiguas, guiando a los transeúntes. Además, la temperatura de color elegida otorga un ambiente cálido al centro del pueblo. En definitiva, se ha generado un entorno alegre, festivo y vivo que invita a la gente a disfrutar de estos espacios urbanos.

Por otro lado, al trasladar la caseta de la Once a la infrautilizada plaza del Ayuntamiento de enfrente, bajo un Ginkgo biloba existente, donde ahora se sientan los amigos del vendedor a charlar a la sombra, se ha ganado un nuevo espacio, más amplio y sin lindar con la carretera, en el que el trabajador está ahora mucho más feliz.

La plaza del Montseny queda ahora mucho más despejada, cómoda de recorrer, fluir sin desniveles y conectada tanto visual como físicamente con su entorno inmediato. Se amplía la visual en todas las direcciones, incluso se ve la montaña del Montseny al fondo. “Ahora se siente la amplitud” como han comentado algunos vecinos una vez acabadas las obras.